Marc Quinn presenta en Londres una exposición con esculturas de personas que han cambiado de sexo junto a famosos como Pamela Anderson y el Rey del Pop
Una colección de transexuales junto a algunos famosos como Pamela Anderson o Michael Jackson son el tema de una nueva exposición de esculturas del británico Marc Quinn en la galería White Cube de Londres.
Thomas Beatie, que cuando era mujer respondía al nombre de Tracy Lagodino, es un auténtico fenómeno de cambio de sexo: como varón ha dado a luz ya dos veces y está de nuevo en estado de buena esperanza.
Y así, en calzoncillos, con barba y en mirándose el abultado vientre mientras lo sujeta con las manos, le ha representado en mármol el artista.
Junto a esa escultura hay otros bronces de dos transexuales: Allanah, que tiene pechos y labios artificialmente abultados aunque no ha perdido su miembro viril, y Buck, que ha seguido el camino inverso y, aunque también conserva sus genitales femeninos, lleva barba.
Ambos están desnudos y cogidos de la mano, como si fuesen un Adán y Eva de la era posmoderna, aunque en otra obra el escultor los presenta en pleno acto sexual.
La actriz y modelo canadiense Pamela Anderson aparece en una escultura de bronce por partida doble, como si fueran dos mellizas exactamente iguales y en idéntica pose.
Las dos Pamelas llevan zapatos de tacón alto, tatuaje en el brazo y su más que sucinto bikini deja ver sus explosivas curvas.
Hay también dos grandes cabezas de mármol del fallecido cantante Michael Jakcson, una con el pelo negro y la cara blanca y la otra, a la inversa.
Todo recuerda un poco el elegante y pulido kitsch del estadounidense Jeff Koons, aunque con un toque que algunos llamarían perverso y otros, un signo de los nuevos tiempos.
El propio Quinn dijo hoy de sus obras que son "la representación moderna, clásica y hermosa de un cuerpo" .
"Es como si el futuro estuviese ya aquí. Muestran cómo evoluciona la sociedad y cómo la tecnología y el género son fluidos e intercambiables para muchos" , afirmó.
Quinn, de 46 años, se ha distinguido siempre por su capacidad para escandalizar, como cuando colocó sobre un pedestal de la plaza londinense de Trafalgar, frente a la National Gallery, una gran escultura que representaba a una artista sin brazos y con las piernas deformes, desnuda y embarazada.
Otra de sus esculturas más polémicas fue el autorretrato titulado "Self" , consistente en una cabeza hecha con más de cinco litros de su propia sangre congelada.
Londres, Inglaterra
Una colección de transexuales junto a algunos famosos como Pamela Anderson o Michael Jackson son el tema de una nueva exposición de esculturas del británico Marc Quinn en la galería White Cube de Londres.
Thomas Beatie, que cuando era mujer respondía al nombre de Tracy Lagodino, es un auténtico fenómeno de cambio de sexo: como varón ha dado a luz ya dos veces y está de nuevo en estado de buena esperanza.
Y así, en calzoncillos, con barba y en mirándose el abultado vientre mientras lo sujeta con las manos, le ha representado en mármol el artista.
Junto a esa escultura hay otros bronces de dos transexuales: Allanah, que tiene pechos y labios artificialmente abultados aunque no ha perdido su miembro viril, y Buck, que ha seguido el camino inverso y, aunque también conserva sus genitales femeninos, lleva barba.
Ambos están desnudos y cogidos de la mano, como si fuesen un Adán y Eva de la era posmoderna, aunque en otra obra el escultor los presenta en pleno acto sexual.
La actriz y modelo canadiense Pamela Anderson aparece en una escultura de bronce por partida doble, como si fueran dos mellizas exactamente iguales y en idéntica pose.
Las dos Pamelas llevan zapatos de tacón alto, tatuaje en el brazo y su más que sucinto bikini deja ver sus explosivas curvas.
Hay también dos grandes cabezas de mármol del fallecido cantante Michael Jakcson, una con el pelo negro y la cara blanca y la otra, a la inversa.
Todo recuerda un poco el elegante y pulido kitsch del estadounidense Jeff Koons, aunque con un toque que algunos llamarían perverso y otros, un signo de los nuevos tiempos.
El propio Quinn dijo hoy de sus obras que son "la representación moderna, clásica y hermosa de un cuerpo" .
"Es como si el futuro estuviese ya aquí. Muestran cómo evoluciona la sociedad y cómo la tecnología y el género son fluidos e intercambiables para muchos" , afirmó.
Quinn, de 46 años, se ha distinguido siempre por su capacidad para escandalizar, como cuando colocó sobre un pedestal de la plaza londinense de Trafalgar, frente a la National Gallery, una gran escultura que representaba a una artista sin brazos y con las piernas deformes, desnuda y embarazada.
Otra de sus esculturas más polémicas fue el autorretrato titulado "Self" , consistente en una cabeza hecha con más de cinco litros de su propia sangre congelada.
Londres, Inglaterra
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