Los grupos católicos que se oponen al concierto de la Reina del pop pretenden concentrarse frente al recinto donde tendrá lugar el recital para combatirlo con himnos y cánticos religiosos
Los grupos católicos que se oponen al concierto que Madonna ofrecerá en Varsovia el próximo sábado 15 de agosto, festividad de la Asunción de la Virgen, pretenden concentrarse frente al recinto donde tendrá lugar el controvertido espectáculo para combatirlo con himnos y cánticos religiosos.
El concierto de la cantante estadounidense, que cuenta con el rechazo de algunos de los sectores más conservadores de la sociedad polaca, entre ellos el premio Nobel y ex presidente Lech Walesa, será uno de los lugares más protegidos de Varsovia, con un despliegue de mil 200 agentes de seguridad, según informó hoy el diario "Zycie Warszawy".
Las autoridades calculan que cerca de 100 mil personas asistirán a este evento, que para algunas agrupaciones católicas constituye una auténtica "provocación" por parte de Madonna, que ha elegido para su primera actuación en Polonia una fecha de profundo significado religioso, el 15 de agosto, cuando según la tradición cristiana a Virgen fue llevada al Cielo tras terminar sus días en la Tierra.
"Somos libres para cantar, porque el día 15 es una fiesta nacional y religiosa", señaló Marian Brudzynski, responsable del Comité en Defensa de la Fe y la Tradición "Pro-Polonia", quien asegura que el próximo sábado cantará con todas sus fuerzas himnos religiosos frente al concierto de la artista.
Brudzynski considera que las actuaciones de Madonna son "anticristianas" y pretenden ridiculizar las creencias que profesan millones de fieles en todo el mundo.
Junto al líder de "Pro-Polonia", se espera que otras mil personas se concentren en los alrededores del recinto donde tendrá lugar el "show" para mostrar su rechazo.
Varias personalidades públicas se han manifestado en contra de la fecha elegida por Madonna para su actuación, entre ellos Lech Walesa y el Defensor del Pueblo polaco, Janusz Kochanowski, quien lamenta que el día elegido por la "diva del pop" puede herir las sensibilidades religiosas de parte de la población.
El concierto será el mayor evento musical que tendrá lugar en Polonia desde el concierto ofrecido en 1996 por Michael Jackson. Varsovia, Polonia/EFE (El Universal)
El concierto de la cantante estadounidense, que cuenta con el rechazo de algunos de los sectores más conservadores de la sociedad polaca, entre ellos el premio Nobel y ex presidente Lech Walesa, será uno de los lugares más protegidos de Varsovia, con un despliegue de mil 200 agentes de seguridad, según informó hoy el diario "Zycie Warszawy".
Las autoridades calculan que cerca de 100 mil personas asistirán a este evento, que para algunas agrupaciones católicas constituye una auténtica "provocación" por parte de Madonna, que ha elegido para su primera actuación en Polonia una fecha de profundo significado religioso, el 15 de agosto, cuando según la tradición cristiana a Virgen fue llevada al Cielo tras terminar sus días en la Tierra.
"Somos libres para cantar, porque el día 15 es una fiesta nacional y religiosa", señaló Marian Brudzynski, responsable del Comité en Defensa de la Fe y la Tradición "Pro-Polonia", quien asegura que el próximo sábado cantará con todas sus fuerzas himnos religiosos frente al concierto de la artista.
Brudzynski considera que las actuaciones de Madonna son "anticristianas" y pretenden ridiculizar las creencias que profesan millones de fieles en todo el mundo.
Junto al líder de "Pro-Polonia", se espera que otras mil personas se concentren en los alrededores del recinto donde tendrá lugar el "show" para mostrar su rechazo.
Varias personalidades públicas se han manifestado en contra de la fecha elegida por Madonna para su actuación, entre ellos Lech Walesa y el Defensor del Pueblo polaco, Janusz Kochanowski, quien lamenta que el día elegido por la "diva del pop" puede herir las sensibilidades religiosas de parte de la población.
El concierto será el mayor evento musical que tendrá lugar en Polonia desde el concierto ofrecido en 1996 por Michael Jackson. Varsovia, Polonia/EFE (El Universal)
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