El Centro de las Artes de Bethel Woods, situado en el mismo terreno sobre el que hace 40 años se reunieron más de medio millón de personas acogerá mañana un concierto de tamaño mucho más reducido para celebrar el legado
Los "héroes de Woodstock" , algunos de los músicos que en 1969 participaron en el mítico festival en la localidad neoyorquina de Bethel, se reunirán allí mañana para celebrar el 40 aniversario de aquellos días de "paz, amor y música".
El Centro de las Artes de Bethel Woods, situado en el mismo terreno sobre el que hace cuatro décadas se reunieron más de medio millón de personas para escuchar a figuras como Jimi Hendrix, Joan Baez, Santana o The Who, acogerá mañana un concierto de tamaño mucho más reducido para celebrar el legado de la histórica cita.
"Los Héroes de Woodstock" es el nombre que los organizadores han dado a un concierto para el que no quedan entradas disponibles desde hace semanas, pero en el que no estará ninguno de los grandes artistas que, entre el 15 y el 17 de agosto de 1969, celebraron el espíritu hippie de toda una generación de estadounidenses.
Ni la voz desgarrada de Joe Cocker ni el inconfundible sonido de Bob Dylan se darán cita en Bethel, donde serán nombres menos conocidos los que intenten recrear los sonidos con los que se ganaron un lugar en la historia musical por participar en el que muchos definen como el mejor concierto de todos los tiempos.
Levon Helm Band, Jefferson Starship, Ten Years After, Canned Heat, Big Brother y la Holding Company, Mountain, Country Joe McDonald o Tom Constaten, de los conocidos The Grateful Dead, serán quienes actúen este sábado ante una audiencia que se prevé que supere las diez mil personas.
Poco tendrá que ver así esta celebración con el llamado "Woodstock Music & Art Fair" de aquellos tres días de verano que organizaron unos jóvenes John Roberts, Joel Rosenman, Artie Kornfeld y Michael Lang, quienes apostaron por la improvisación hasta el último momento, cuando cambiaron la localidad de Woodstock por la de Bethel como sede del festival.
Era demasiado tarde para cambiar su nombre, así que la histórica serie de conciertos unió para siempre a esas poblaciones, que se encuentran separadas por más de cien kilómetros, y que se han convertido en sinónimos de movimiento hippie y buena música.
Detalles como ése se desprenden de entrevistas, libros, discos y documentales que estos días ven la luz con motivo de un 40 aniversario que, pese a no contar con los conciertos con los que en 1994 y 1999 se honraron el cuarto de siglo y las tres décadas de Woodstock, sigue atrayendo la atención de estadounidenses, que aún se preguntan cómo se fraguó un fenómeno musical y social irrepetible. Nueva York, EU/EFE (El Universal)
El Centro de las Artes de Bethel Woods, situado en el mismo terreno sobre el que hace cuatro décadas se reunieron más de medio millón de personas para escuchar a figuras como Jimi Hendrix, Joan Baez, Santana o The Who, acogerá mañana un concierto de tamaño mucho más reducido para celebrar el legado de la histórica cita.
"Los Héroes de Woodstock" es el nombre que los organizadores han dado a un concierto para el que no quedan entradas disponibles desde hace semanas, pero en el que no estará ninguno de los grandes artistas que, entre el 15 y el 17 de agosto de 1969, celebraron el espíritu hippie de toda una generación de estadounidenses.
Ni la voz desgarrada de Joe Cocker ni el inconfundible sonido de Bob Dylan se darán cita en Bethel, donde serán nombres menos conocidos los que intenten recrear los sonidos con los que se ganaron un lugar en la historia musical por participar en el que muchos definen como el mejor concierto de todos los tiempos.
Levon Helm Band, Jefferson Starship, Ten Years After, Canned Heat, Big Brother y la Holding Company, Mountain, Country Joe McDonald o Tom Constaten, de los conocidos The Grateful Dead, serán quienes actúen este sábado ante una audiencia que se prevé que supere las diez mil personas.
Poco tendrá que ver así esta celebración con el llamado "Woodstock Music & Art Fair" de aquellos tres días de verano que organizaron unos jóvenes John Roberts, Joel Rosenman, Artie Kornfeld y Michael Lang, quienes apostaron por la improvisación hasta el último momento, cuando cambiaron la localidad de Woodstock por la de Bethel como sede del festival.
Era demasiado tarde para cambiar su nombre, así que la histórica serie de conciertos unió para siempre a esas poblaciones, que se encuentran separadas por más de cien kilómetros, y que se han convertido en sinónimos de movimiento hippie y buena música.
Detalles como ése se desprenden de entrevistas, libros, discos y documentales que estos días ven la luz con motivo de un 40 aniversario que, pese a no contar con los conciertos con los que en 1994 y 1999 se honraron el cuarto de siglo y las tres décadas de Woodstock, sigue atrayendo la atención de estadounidenses, que aún se preguntan cómo se fraguó un fenómeno musical y social irrepetible. Nueva York, EU/EFE (El Universal)
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