miércoles, 2 de septiembre de 2009

Paz Vega no teme actuar en inglés


Para la española, lo del idioma es "una prueba ya superada"


La actriz Paz Vega, uno de los rostros españoles más conocidos en Hollywood, junto a los de Antonio Banderas y Penélope Cruz, aseguró hoy que actuar en inglés es "una prueba ya superada" en su carrera cinematográfica.
"Me encuentro bastante cómoda interpretando en inglés. Lo del idioma es para mí una prueba ya superada, pese a que siga teniendo mi acento español, que es algo que ya no creo que cambie", dijo en una entrevista la actriz, conocida por cintas como Spanglish (2004) o Lucía y el sexo (2001).
Vega, nacida en Sevilla en 1976, volverá a demostrar sus dotes interpretativas en inglés cuando el próximo 11 de septiembre se estrene en este país su nueva aventura estadounidense, el filme de suspense Not forgotten, del israelí Dror Soref y en el que comparte cartel con el australiano Simon Baker, de la serie The Mentalist.
Con esa cinta, en la que interpreta a Amaya, una mujer de origen mexicano supersticiosa y espiritual, la actriz española ha tenido otra "gratificante" experiencia con el cine estadounidense, en el que actualmente se siente "muy a gusto" y donde su acento le ha dado muchos papeles en los que interpreta a mujeres hispanas.
"Aquí se me acepta con mi acento español y es algo que ni puedo eliminar, ni lo pretendo. Lo importarte es sentirte satisfecha con tu trabajo y que se te entienda, y creo que lo consigo", explicó Vega, que asegura encontrar en Hollywood "guiones y proyectos" que la atraen y motivan.
En su nueva cinta, Vega da vida a la esposa de Jack Bishop (Baker), un hombre a quien el secuestro de su hija en una población de la frontera entre Estados Unidos y México le devuelve a los momentos más oscuros de su pasado, donde no faltan la magia negra en la forma de "la santa muerte", ni la violencia ni la prostitución.
Mientras Vega siguió adelante con su uso del inglés en la gran pantalla, esta cinta le otorgó la oportunidad a Baker (L.A. Confidential, El diablo viste de Prada) de debutar en español, idioma en el que se expresa en algunas de las escenas principales.
"Él experimentó más o menos lo que se siente al actuar en una lengua que no es la propia y la verdad es que lo hizo muy bien, porque no hablaba nada de español", dijo Vega, quien explicó que el actor contó con la ayuda de un profesor además de sus propios consejos sobre cómo pronunciar ciertas palabras.
La española insistió en que, desde que empezó a trabajar en Estados Unidos, le llegan pocas o "más bien ninguna" propuesta de su país natal, lo que define como "una auténtica pena", porque le encantaría regresar al cine español que lanzó su carrera.
"A lo mejor en España se creen que ya estoy en Estados Unidos y no me interesa nada más, pero no es así. Hace tres años, más o menos, que no me llega nada de allí, aunque es cierto que la industria española no está muy bien y los proyectos están contados", razonó la actriz, quien este verano dio a luz a su segunda hija.
Vega, a la que se ha podido ver en súper producciones como The Spirit (2008), de Frank Miller, -en la que su acento español se transformó en francés por exigencias del guión-, así como en títulos de presupuestos más modestos, como la misma Not Forgotten, explicó que, de momento, se ve un tiempo más en Los Ángeles.
"Todo es cuestión de trabajo y de ganas. Soy una actriz y, como se podría decir, tengo que ganarme las habichuelas. Además, ahora es cuando más adaptada me siento a la vida en Los Ángeles, donde le esperan "unos cuatro proyectos en los próximos seis o siete meses", aseveró.
Vega reconoció que aún le quedan "muchas cosas por hacer", porque su carrera es aún "muy corta" y aseguró que le encantaría actuar en los escenarios del Broadway neoyorquino.
"Espero que ocurra, porque es una idea que siempre ha estado ahí", dijo la actriz, quien tiene "mucho respeto a subirse a las tablas".
Al respecto, recordó "el maravilloso trabajo" que hizo Antonio Banderas en la obra Nine, con la que convenció a crítica y público en 2003.
Not forgotten, escrita por el californiano Tomás Romero, se podrá ver, de momento, en varias salas de las ciudades de El Paso (Texas) y Nueva York, donde la aceptación que reciba del público le aseguraría una distribución más amplia. Nueva York, EU (El Universal)

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