El compositor más romántico de México y la provocativa Zabaleta cautivaron al público y dieron un toque muy especial a otra de las galas del XVI Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería
El cantautor mexicano Armando Manzanero y Susana Zabaleta ofrecieron una velada romántica, sensual y divertida en el Teatro Degollado, cuyo escenario lució colmado de flores y contó también con la presencia de varios grupos de mariachi, así como de la Orquesta Filarmónica de Jalisco.
El compositor más romántico de México y la provocativa Zabaleta cautivaron al público tapatío y dieron un toque muy especial a otra de las galas del XVI Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería.
La amena velada arrancó con la participación del Mariachi Nuevo Tacalitlán y de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, quienes interpretaron "Regresa a mí", "A mi manera" y "El triste", para después ingresar al escenario el Mariachi Los Camperos de Nati Cano.
Nati Cano, considerado el embajador de la música de mariachi de México en el mundo, ofreció acompañado de la Filarmónica de Jalisco cinco temas: "Corazón, corazón", "Qué bonito amor", "Amorcito corazón", "Mucho corazón" y "La Morena".
El ingreso al escenario de uno de los mejores mariachis del mundo, el Vargas de Tecalitlán, ocasionó revuelo y más cuando interpretó cinco melodías, entre ellas "Guadalajara", que fue de las más aplaudidas por los presentes que hicieron alarde de su origen tapatío.
Tras un intermedio entró al escenario Armando Manzanero cantando "Cuando te conocí", "Somos novios" y "Te esperaré", para luego agradecer la invitación de participar en el encuentro del mariachi, cuya "música (es la) más representativa de México".
Manzanero mantuvo siempre al público atento y emocionado con el sentimiento que lo caracteriza, al entonar sus temas, pero más por sus simpáticas anécdotas, en especial las relacionadas con la crisis.
"No hay crisis que aguante 14 horas de trabajo", comentó el maestro del romanticismo y agregó:
"Un amigo me dijo: `La cosa está tan mal, que si mi mujer se va con otro yo me voy con ellos’", lo cual generó la risa de los asistentes al recinto más importante de Jalisco.
El músico yucateco mencionó que sus amigos más entrañables eran de Guadalajara -pues ya fallecieron-, pero al estar aquí los recordaba con mucho cariño. Así, aprovechó para dedicar "No sé tú" a su hermano del alma, Rubén Fuentes, nacido en Ciudad Guzmán.
Entre recuerdos familiares y la interpretación de sus grandes éxitos, Manzanero hizo la presentación de la carta fuerte de la noche, de la más esperada principalmente por el público masculino, de Susana Zabaleta, que de entrada mostró su carácter irreverente.
El maestro dijo al público que la también actriz era una persona humilde y "discreta en sus cosas", lo cual provocó tremenda risa de un público conocedor del estilo de la coahuilense, quien con su potente voz interpretó a dueto con él "Esta tarde vi llover".
Con un vestido entallado, sexi y en color morado, Zabaleta terminó por echarse a los presentes a la bolsa cuando al cantar junto a Manzanero "Qué bonito amor", de José Alfredo Jiménez, se dijo a sí misma: "Qué bonita yo. Sí, es que una se tiene que decir así todos los días para creérsela".
Manzanero salió del escenario para dejar sola a la mujer nacida en Monclova, Coahuila, quien interpretó "Contigo aprendí" y aprovechó para dar las gracias a quienes viven con ella, porque, afirmó, "hay que agradecer todos los días la gratitud de quien está a nuestro lado".
En ese momento entró el maestro de ceremonias y le dijo: "Te traigo un regalo de la Canaco", y Zabaleta contestó: "Un terrenito en Jalisco", pero su gran sorpresa fue la entrada del mariachi Vargas de Tecalitlán, con el que cantó los últimos cinco temas de la velada.
La sensualidad, belleza, elegancia y voz de Zabaleta lucieron al máximo en el Teatro Degollado, donde los asistentes reflejaron en sus rostros que valió la pena asistir a este concierto. Guadalajara, Jal. (Milenio)
El compositor más romántico de México y la provocativa Zabaleta cautivaron al público tapatío y dieron un toque muy especial a otra de las galas del XVI Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería.
La amena velada arrancó con la participación del Mariachi Nuevo Tacalitlán y de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, quienes interpretaron "Regresa a mí", "A mi manera" y "El triste", para después ingresar al escenario el Mariachi Los Camperos de Nati Cano.
Nati Cano, considerado el embajador de la música de mariachi de México en el mundo, ofreció acompañado de la Filarmónica de Jalisco cinco temas: "Corazón, corazón", "Qué bonito amor", "Amorcito corazón", "Mucho corazón" y "La Morena".
El ingreso al escenario de uno de los mejores mariachis del mundo, el Vargas de Tecalitlán, ocasionó revuelo y más cuando interpretó cinco melodías, entre ellas "Guadalajara", que fue de las más aplaudidas por los presentes que hicieron alarde de su origen tapatío.
Tras un intermedio entró al escenario Armando Manzanero cantando "Cuando te conocí", "Somos novios" y "Te esperaré", para luego agradecer la invitación de participar en el encuentro del mariachi, cuya "música (es la) más representativa de México".
Manzanero mantuvo siempre al público atento y emocionado con el sentimiento que lo caracteriza, al entonar sus temas, pero más por sus simpáticas anécdotas, en especial las relacionadas con la crisis.
"No hay crisis que aguante 14 horas de trabajo", comentó el maestro del romanticismo y agregó:
"Un amigo me dijo: `La cosa está tan mal, que si mi mujer se va con otro yo me voy con ellos’", lo cual generó la risa de los asistentes al recinto más importante de Jalisco.
El músico yucateco mencionó que sus amigos más entrañables eran de Guadalajara -pues ya fallecieron-, pero al estar aquí los recordaba con mucho cariño. Así, aprovechó para dedicar "No sé tú" a su hermano del alma, Rubén Fuentes, nacido en Ciudad Guzmán.
Entre recuerdos familiares y la interpretación de sus grandes éxitos, Manzanero hizo la presentación de la carta fuerte de la noche, de la más esperada principalmente por el público masculino, de Susana Zabaleta, que de entrada mostró su carácter irreverente.
El maestro dijo al público que la también actriz era una persona humilde y "discreta en sus cosas", lo cual provocó tremenda risa de un público conocedor del estilo de la coahuilense, quien con su potente voz interpretó a dueto con él "Esta tarde vi llover".
Con un vestido entallado, sexi y en color morado, Zabaleta terminó por echarse a los presentes a la bolsa cuando al cantar junto a Manzanero "Qué bonito amor", de José Alfredo Jiménez, se dijo a sí misma: "Qué bonita yo. Sí, es que una se tiene que decir así todos los días para creérsela".
Manzanero salió del escenario para dejar sola a la mujer nacida en Monclova, Coahuila, quien interpretó "Contigo aprendí" y aprovechó para dar las gracias a quienes viven con ella, porque, afirmó, "hay que agradecer todos los días la gratitud de quien está a nuestro lado".
En ese momento entró el maestro de ceremonias y le dijo: "Te traigo un regalo de la Canaco", y Zabaleta contestó: "Un terrenito en Jalisco", pero su gran sorpresa fue la entrada del mariachi Vargas de Tecalitlán, con el que cantó los últimos cinco temas de la velada.
La sensualidad, belleza, elegancia y voz de Zabaleta lucieron al máximo en el Teatro Degollado, donde los asistentes reflejaron en sus rostros que valió la pena asistir a este concierto. Guadalajara, Jal. (Milenio)
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