En junio, el músico británico recibió el Premio Gershwin a la Canción Popular, un honor otorgado por la Biblioteca del Congreso. Al aceptarlo, actuó en la Casa Blanca para el presidente Barack Obama y la primera dama, sentados en el centro de la primera fila.
Quizás sólo Paul McCartney puede llamar una actuación en la Casa Blanca una pequeña sesión en un club.
En junio, el músico británico recibió el Premio Gershwin a la Canción Popular, un honor otorgado por la Biblioteca del Congreso. Al aceptarlo, actuó en la Casa Blanca para el presidente Barack Obama y la primera dama, sentados en el centro de la primera fila.
Los invitados incluyeron a Stevie Wonder, Elvis Costello, los Jonas Brothers, Jack White y otros músicos que se turnaron para interpretar clásicos de los Beatles.
PBS transmitirá el concierto como parte de su serie ``In Performance at the White House'' el miércoles a las 8 p.m. hora del este.
Para el rockero de 68 años, la velada fue claramente significativa. Cantó ``Michelle'' para Michelle Obama, bromeando esperar que el presidente no le dé un puñetazo por eso. Por primera vez interpretó ``Ebony and Ivory'' en vivo con Stevie Wonder. Y cantó ``Hey Jude'' acompañado por decenas de celebridades, con los Obama en el escenario.
McCartney guarda recuerdos tan bonitos del concierto _ al que llamó ``una pequeña sesión en un club'' _ que ya lo volvió a ver y planea hacerlo otra vez. Sir Paul se tomó un momento de su gira estadounidense para reflexionar sobre su visita a la residencia presidencial en Washington.
AP: ¿Por qué este espectáculo fue particularmente importante para usted?
McCartney: Soy un admirador del presidente. Creo que le han dado una mala mano (de cartas). Llegó a ese trabajo con muchas dificultades que no fueron de su creación. Así que estaba deseoso de conocerle, siendo un admirador suyo y de su esposa. De hecho nunca había estado en la Casa Blanca, así que eso fue maravilloso. Y la idea de tocar en la Casa Blanca era muy interesante. Nos preguntábamos cómo sería la acústica, pero resultó magnífica. La pasamos muy bien... Estábamos muy emocionados.
AP: Usted bromeó que le preocupaba que Obama le diera un puñetazo tras cantar ``Michelle''.
McCartney: La atmósfera era tan agradable y amigable. Casi como una reunión familiar. Así que me sentí en libertad de decir cualquier cosa, como si él fuera un primo mío, como si se tratara de una boda de la familia o algo así... Encontramos que su familia es muy acogedora, y espero que él haya pensado de nosotros del mismo modo... Y no me golpeó, gracias a Dios.
AP: ¿Tocar ``Ebony and Ivory'' (Negro y Blanco) para el primer presidente negro fue para usted un momento que resonó?
McCartney: Uno de los momentos cumbres fue cantar ``Ebony and Ivory'' con Stevie porque nunca lo habíamos hecho juntos en vivo, así que eso fue maravilloso. Cantarla juntos en vivo por primera vez con el primer presidente negro allí, de pronto le dio un gran significado a la canción. A veces uno escribe una canción en una cierta era y tiene cierto significado. No creo que no me hubiera imaginado entonces que Estados Unidos elegiría tan pronto a un presidente negro. No fue tan pronto, pero relativamente pasó poco tiempo. Cantar con Stevie frente al presidente Obama fue muy emotivo. La letra de la canción de pronto tuvo más significado para mí en ese contexto.
AP: ¿Qué otros recuerdos se lleva de la Casa Blanca?
McCartney: Pasar por seguridad. Para el ensayo, estuvo bien. Para el acto en sí, al principio no nos dejaban pasar. En la entrada dijimos, ``Somos los artistas''. El (guardia) dijo, ``No, tendrán que dar la vuelta y entrar por la otra calle''. Había mucho tráfico, así que pensamos, ``Ay Dios. ¿Realmente no sabe quienes somos?''.
AP: ¿Cuál fue su impresión del presidente?
McCartney: Al final, el presidente Obama bajó del escenario y le dio la mano a mi socio de años, mi guitarrista John Hammel. John quedó anonadado.
El presidente dijo, ``Eso estuvo divertido. Gracias''. Pero entonces lo que me pareció increíble fue que se le acercó al técnico del teclado que estaba fuera de su camino, no tenía que hacer eso.
Se le acercó a este tipo, el D.J. _ quien es un gran admirador de Obama _ le dio la mano y le dijo, ``Gracias, gracias''. Me dejó asombrado. Para mí, el hecho de que él se le acercó a mi equipo fue muy alentador. Hay que ser un gran hombre para hacer eso. En este negocio, algunos son sólo unos estúpidos.
AP: En una noche como esa, con otros músicos y dignatarios, es usted capaz de comprender el impacto de los Beatles y el suyo propio en la música y la cultura?
McCartney: ``Fue algo tan increíble... Es casi imposible. Creo que mientras pasa el tiempo en cierto modo entiendo un poco más. Conozco a tanta gente que me dice, 'Quiero agradecerte por tu música.
Realmente me ayudó' o 'Me cambió la vida'. Lo pienso y creo, bueno, lo interesante de los Beatles fue que la música fue una cosa, pero en cierto modo simbolizamos un cierto tipo de libertad en un momento en que la gente de nuestra generación sólo crecía y se hacía adulta.
La idea de que uno haya podido hacer siquiera algo con su vida en vez de sólo seguir el camino trazado para uno. Y eso afectó a mucha gente. Es difícil procesarlo, pero es muy gratificante.
Nueva York, EU
Quizás sólo Paul McCartney puede llamar una actuación en la Casa Blanca una pequeña sesión en un club.
En junio, el músico británico recibió el Premio Gershwin a la Canción Popular, un honor otorgado por la Biblioteca del Congreso. Al aceptarlo, actuó en la Casa Blanca para el presidente Barack Obama y la primera dama, sentados en el centro de la primera fila.
Los invitados incluyeron a Stevie Wonder, Elvis Costello, los Jonas Brothers, Jack White y otros músicos que se turnaron para interpretar clásicos de los Beatles.
PBS transmitirá el concierto como parte de su serie ``In Performance at the White House'' el miércoles a las 8 p.m. hora del este.
Para el rockero de 68 años, la velada fue claramente significativa. Cantó ``Michelle'' para Michelle Obama, bromeando esperar que el presidente no le dé un puñetazo por eso. Por primera vez interpretó ``Ebony and Ivory'' en vivo con Stevie Wonder. Y cantó ``Hey Jude'' acompañado por decenas de celebridades, con los Obama en el escenario.
McCartney guarda recuerdos tan bonitos del concierto _ al que llamó ``una pequeña sesión en un club'' _ que ya lo volvió a ver y planea hacerlo otra vez. Sir Paul se tomó un momento de su gira estadounidense para reflexionar sobre su visita a la residencia presidencial en Washington.
AP: ¿Por qué este espectáculo fue particularmente importante para usted?
McCartney: Soy un admirador del presidente. Creo que le han dado una mala mano (de cartas). Llegó a ese trabajo con muchas dificultades que no fueron de su creación. Así que estaba deseoso de conocerle, siendo un admirador suyo y de su esposa. De hecho nunca había estado en la Casa Blanca, así que eso fue maravilloso. Y la idea de tocar en la Casa Blanca era muy interesante. Nos preguntábamos cómo sería la acústica, pero resultó magnífica. La pasamos muy bien... Estábamos muy emocionados.
AP: Usted bromeó que le preocupaba que Obama le diera un puñetazo tras cantar ``Michelle''.
McCartney: La atmósfera era tan agradable y amigable. Casi como una reunión familiar. Así que me sentí en libertad de decir cualquier cosa, como si él fuera un primo mío, como si se tratara de una boda de la familia o algo así... Encontramos que su familia es muy acogedora, y espero que él haya pensado de nosotros del mismo modo... Y no me golpeó, gracias a Dios.
AP: ¿Tocar ``Ebony and Ivory'' (Negro y Blanco) para el primer presidente negro fue para usted un momento que resonó?
McCartney: Uno de los momentos cumbres fue cantar ``Ebony and Ivory'' con Stevie porque nunca lo habíamos hecho juntos en vivo, así que eso fue maravilloso. Cantarla juntos en vivo por primera vez con el primer presidente negro allí, de pronto le dio un gran significado a la canción. A veces uno escribe una canción en una cierta era y tiene cierto significado. No creo que no me hubiera imaginado entonces que Estados Unidos elegiría tan pronto a un presidente negro. No fue tan pronto, pero relativamente pasó poco tiempo. Cantar con Stevie frente al presidente Obama fue muy emotivo. La letra de la canción de pronto tuvo más significado para mí en ese contexto.
AP: ¿Qué otros recuerdos se lleva de la Casa Blanca?
McCartney: Pasar por seguridad. Para el ensayo, estuvo bien. Para el acto en sí, al principio no nos dejaban pasar. En la entrada dijimos, ``Somos los artistas''. El (guardia) dijo, ``No, tendrán que dar la vuelta y entrar por la otra calle''. Había mucho tráfico, así que pensamos, ``Ay Dios. ¿Realmente no sabe quienes somos?''.
AP: ¿Cuál fue su impresión del presidente?
McCartney: Al final, el presidente Obama bajó del escenario y le dio la mano a mi socio de años, mi guitarrista John Hammel. John quedó anonadado.
El presidente dijo, ``Eso estuvo divertido. Gracias''. Pero entonces lo que me pareció increíble fue que se le acercó al técnico del teclado que estaba fuera de su camino, no tenía que hacer eso.
Se le acercó a este tipo, el D.J. _ quien es un gran admirador de Obama _ le dio la mano y le dijo, ``Gracias, gracias''. Me dejó asombrado. Para mí, el hecho de que él se le acercó a mi equipo fue muy alentador. Hay que ser un gran hombre para hacer eso. En este negocio, algunos son sólo unos estúpidos.
AP: En una noche como esa, con otros músicos y dignatarios, es usted capaz de comprender el impacto de los Beatles y el suyo propio en la música y la cultura?
McCartney: ``Fue algo tan increíble... Es casi imposible. Creo que mientras pasa el tiempo en cierto modo entiendo un poco más. Conozco a tanta gente que me dice, 'Quiero agradecerte por tu música.
Realmente me ayudó' o 'Me cambió la vida'. Lo pienso y creo, bueno, lo interesante de los Beatles fue que la música fue una cosa, pero en cierto modo simbolizamos un cierto tipo de libertad en un momento en que la gente de nuestra generación sólo crecía y se hacía adulta.
La idea de que uno haya podido hacer siquiera algo con su vida en vez de sólo seguir el camino trazado para uno. Y eso afectó a mucha gente. Es difícil procesarlo, pero es muy gratificante.
Nueva York, EU
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