viernes, 16 de julio de 2010

Hoy se estrena La retirada, un drama con tintes de tragicomedia

La puesta en escena está basada en la pieza del británico William Nicholson, autor del guión de Gladiador

Rogelio Guerra (Eduardo) y Nuria Bages (Alicia) son un matrimonio de rutina en conflicto, con José María de Tavira, que interpreta a Jaime, el hijo, que está consciente de cómo el paso del tiempo, la monotonía y la erosión afectiva acaba por desmoronar la pareja no tan perfecta de sus padres (porque el amor toca a la puerta del señor de 60 años y ni modo, así es la vida, y esas cosas no deben extrañar, suceden en cualquier familia), pretenden hacer una temporada teatral en el Libanés de 12 semanas al son de dos representaciones viernes, sábados y domingos.

Y digo pretenden porque ese parece haber sido el arreglo inicial con el teatro que, seguramente, por lo bien montada que está la obra y porque con un cierto desparpajo familiar se pasa de la tragedia íntima al (melo)drama familiar y de ahí a la tragicomedia por momentos envilecida, es posible que dure más.

Y es que el conflicto familiar es aprovechado en un tono irónico que se les da tan natural a Nuria Bages, que no deja de llevar la batuta (o el látigo, como se prefiera) como ama de casa impositiva contra el atribulado Eduardo, un historiador y maestro de escuela al que ni siquiera le deja el premio de consolación de resolver sus crucigramas.

La obra, basada en la pieza teatral escrita por el británico William Nicholson (The retreat of Moscow), asentada en hechos históricos: la retirada de las tropas napoleónicas tras una fallida invasión a Moscú (de hecho algunos pasajes son leídos por Rogelio Guerra), con montajes en Londres y Nueva York, ha sido producida aquí por Daniel Casanova, con la dirección de Jorge Arturo Vargas, que ha echado mano de un montaje escénico sencillo, con sentido de las luces y con pocos elementos que le dan, no sólo matiz al match verbal entre marido y mujer, con de Tavira como improvisado réferi en los estira, afloja y remates en franca mala leche de la relación por la que atraviesa la pareja, sino que impone un divertido uso del cuchillo de palo.

Más de un espectador o parejas de espectadores se podrán sentir incómodos, porque se van a ver reflejados en muchos de los problemas cotidianos del matrimonio y porque, así como los representan en el escenario, suceden en la vida real, sin mucha vuelta; la vida es así aunque podría ser peor.

Es como la reivindicación del sí, pero no, o del no pero sí, en una guerra diaria sin cuartel, hasta que ocurre la retirada de alguien que, tras 35 años, cansado de la rutina y de la incomprensión, decide darse otra oportunidad.

La diferencia actoral hace la diferencia en esta obra protagonizada por Rogelio Guerra (que, como dato curioso en su filmografía de cine de luchadores, luchaba realmente, sin permitir doblajes) y por la guapa regia Nuria Bages, de enorme experiencia en telenovelas, serie cómica en tv y cine y, a últimas fechas, encarnando a dos Mujeres asesinas. Junto con ellos de la revelación de la pantalla grande (La máscara del Zorro, Arráncame la vida, Enemigos íntimos…) al teatro, José María de Tavira, Hijo de Luis de Tavira, que parece decir a sus padres en esta Retirada: “Suerte y que gane el mejor”.


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