lunes, 19 de julio de 2010

El tema de la violencia y el narco son llevados a la pantalla grande

En “Infierno”, Luis Estrada dice que muestra la realidad que el cine mexicano evade

El cineasta Luis Estada estrenará en el mes de septiembre su nueva película Infierno, donde aborda, precisamente, el origen de la violencia y del narcotráfico en México.

“Llevamos muchos años de convivir con manifestaciones violentas, siempre muy aisladas, pero lo que ha pasado en los últimos años es una espiral que todos los días nos sorprende con más horrores y realmente nos tiene que mover a algo”, dice el realizador.

Estrada declaró que la violencia actual es producto de los errores de un país en los últimos 30 años. “Lo que estamos viviendo es la consecuencia de lo que se ha venido sembrando”.

Luis Estrada dirigió La ley de Herodes (1999), la primera película que habla del partido que gobernó al país por casi un siglo, el PRI, y su política basada en la corrupción y el tráfico de influencias.

La Ley de Herodes, interpretada por el actor Damián Alcázar, fue censurada en su momento y retirada de la programación del entonces Festival de Cine Francés en Acapulco por el también entonces presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa. Gracias a que el tema fue ventilado por los medios de comunicación la película se estrenó en cine comerciales.

Trilogía

Infierno, La ley de Herodes y Un mundo maravilloso, de 2006, cierra una trilogía de películas de Estrada con temas de política mexicana contemporánea.

La más reciente cinta también forma parte del paquete de cuatro películas producidas por el gobierno federal, a través de un presupuesto especial, y en ocasión de los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución mexicana. El filme es interpretada por la actriz y ex diputada María Rojo y por Damián Alcázar y Joaquín Cosío, entre otros, y filmada sobre una historia original escrita por el propio Estrada. El guión es de Jaime Sampietro.

En la cinta, el realizador describe en tono de comedia oscura cómo el negocio ilegal de las drogas se basa en la marginación y la pobreza de los mexicanos. También se aborda el tema de la malograda relación entre el poder político y el crimen organizado.

“Lo que pretendo con el tono de comedia es que de repente la gente con una sonrisa se empiece a preguntar ¿y de qué me río?”, explicó Estrada.

El cineasta aclaró que el cine mexicano está preocupado en otros temas que no son ni violencia ni narcotráfico, sobre todo el cine de documentales, pero dijo también que hay otro sector de la sociedad que está más preocupado por reflexionar sobre el presente político.

“El cine mexicano, en pocas palabras, evade su violenta realidad —destacó Estrada. ¿Cómo es posible que no haya una película que esté abordando esto temas? —se pregunta—. Creo que uno ya está de alguna forma, sin deberlo, sin quererlo y sin temerlo, siendo parte de este fenómeno, incluso por el simple hecho de ser testigo”, agregó.

Alcázar, a su vez, dijo que la película está dedicada “a toda la clase política, para que miren y sepan que esto es lo que nosotros los ciudadanos pensamos de cómo está el país, y que ya no nos vendan más mentiras porque ya se les están cayendo a pedazos”.

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