Carlos Carrera y Rodrigo Plá buscarán por México el Oscar y un Goya en 2010
Con los 40 millones de pesos recaudados por la película "El estudiante", de Roberto Girault, que duró 15 semanas en cartelera, se alienta la esperanza de que el cine mexicano sí tiene aceptación, pese a lo castigada que estuvo la industria fílmica nacional durante 2009 por diversos problemas.
La aventura de "Chano" (Jorge Lavat), un hombre de 70 años que acaba de inscribirse en la universidad para estudiar una licenciatura en Literatura, se encontrará con el mundo de los jóvenes, de costumbres o tradiciones muy diferentes a las suyas.
Ese relato, en apariencia cursi y melodramático, atrapó los corazones de una audiencia, sobre todo juvenil, que aún se resiste a ver las películas hechas en el país. "El estudiante" llega también al DVD, con lo que sus productores pretenden abarcar un mayor número de espectadores y seguir colocándose en la preferencia de la gente.
Para nadie es un secreto que los productores nacionales deben hacer antesala no solamente para exhibir, sino también para encontrar un distribuidor que impondrá condiciones desventajosas, la mayoría de las veces.
Se estima que en México, por cada peso que entra a los cines por concepto de taquilla, alrededor de 65 centavos se quedan con la compañía exhibidora; 20 por ciento con la distribuidora y 15 por ciento restante va a parar a manos del productor, quien es el que invierte sus recursos para que una película se realice.
En México, el costo promedio de un filme es de 20 millones de pesos, aproximadamente millón y medio de dólares. A finales de 2002 los diputados federales publicaron un decreto relativo a varias disposiciones de la Ley Federal de Derechos, con las que se estableció como derecho el pago de un peso por boleto adquirido por los espectadores en las taquilla de los cines y que a partir del 1 enero de 2003 se destinaría a un fondo para la producción de cine mexicano.
Posteriormente, las distribuidoras Videocine, Columbia-Tristar Films de México, Warner Brothers, Nuvision, UPI, Gussi, Walt Disney Company y Cinemas Nueva Era se ampararon contra esta reforma y en septiembre de 2004, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la declaró inconstitucional. Hay que subrayar que debieron transcurrir tres años para que Arturo Ripstein estrenara en 2009 "El carnaval de Sodoma" (2006), basada en la novela homónima del escritor dominicano Pedro Antonio Valdez.
Al igual que la película de Ripstein, vivieron esa situación "Cementerio de papel", que fue filmada en 2006 por Mario Hernández, basada en la obra literaria de Fritz Glockner, y lo mismo aconteció con "Desierto adentro", (2008), de Rodrigo Plá, que tardaron demasiado para ser estrenadas. Independientemente de los dos fenómenos, como la falta de apoyo y dificultad para ser estrenadas, en mayo una contingencia sanitaria (por la influenza humana), obligó a cerrar los 510 complejos cinematográficos del país, que representan cuatro mil 369 salas, por un periodo de 10 días, lo que afectó no sólo a los largometrajes extranjeros, sino también a los mexicanos que se encontraban en cartelera en ese momento.
Títulos como "Amar a morir", que recaudó 26 millones de pesos durante su primera semana de exhibición, vio afectada su corrida comercial, además de que la medida sanitaria obligó a mover el rol de producciones ya programadas.
La Canacine calculó las pérdidas en aproximadamente 268 millones de pesos, por lo que solicitó alternativas para resarcir el daño. Hace no menos de tres meses, el anuncio del gobierno federal de recortar 11 por ciento el presupuesto al subsector cultura para 2010, lo cual afectaría 46 por ciento al Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), dejándole únicamente 192 millones de pesos, provocó reacciones inusitadas y motivó que la comunidad cinematográfica solicitara su reconsideración.
Tras varias audiencias con el Congreso de la Unión, la comunidad cinematográfica logró que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público reconsiderara y mantuviera la partida en 358 millones de pesos, idéntica a la que se le otorgó en 2009.
Asimismo, se buscó "y logró que se hiciera una aclaración de criterio" respecto al Artículo 226 del Impuesto sobre la Renta, para que la iniciativa privada pudiera seguir impulsando el desarrollo de la industria fílmica nacional. Es así que el impuesto no será considerado acumulable en la contabilidad de los inversionistas privados, mediante la cual se llevarán a cabo diversos proyectos que estaban rezagados, ahora podrán ser filmados.
Durante las sesiones celebradas entre miembros de la comunidad cinematográfica y los legisladores, el senador Francisco Arroyo Vieyra (PRI) expresó que el Artículo 226 del ISR se aplica solamente a la industria cinematográfica, pero expuso la pertinencia de ampliarlo a algunas otras áreas de la creación, como pueden ser las series de televisión, lo que asumió como un compromiso a nombre del grupo parlamentario de su partido.
De 2007 a la fecha se han filmado más de 140 películas mexicanas, con 33 millones de espectadores; es una industria que genera alrededor de dos mil millones de pesos en taquillas y que además significan cerca de 25 mil empleos directos e indirectos.
En materia de premios en el ámbito cinematográfico, Pedro Armendáriz, presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas sorprendió al dar a conocer la lista de nominados para la 51 entrega del Ariel, cuya ceremonia se llevaría a cabo el 31 de marzo en el Auditorio Nacional. El hecho de que las dos películas mexicanas más taquilleras de 2008, "Arráncame la vida", de Roberto Schneider, y "Rudo y Cursi", de Carlos Cuarón, no estuvieran dentro de las candidatas a Mejor Película, provocó una polémica pocas veces vista en la historia del Séptimo Arte nacional. Daniel Giménez Cacho, actor principal de "Arráncame la vida", y Carlos Cuarón, director de "Rudo y Cursi", filme que rebasó los 100 millones de pesos en taquilla solicitaron modificaciones al proceso de selección.
Por otra parte, la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas anunció que "Backyard/El traspatio", de Carlos Carrera, representará al país en los premios Oscar de 2010 y "Desierto adentro", de Rodrigo Plá, buscará el Goya a Mejor Película Hispanoamericana.
A pesar de sus elementos atractivos: la realización de Carlos Carrera, autor de la exitosa "El crimen del padre Amaro"; el prestigio de su productora y guionista, Sabina Berman, y la popularidad de su intérprete principal, Ana de la Reguera, "El traspatio" patinó en las salas mexicanas. Desde el inicio de su camino comercial el pasado febrero, quedó bastante por debajo de las expectativas, con poco más de 11 millones de pesos recaudados. México, D.F.
Con los 40 millones de pesos recaudados por la película "El estudiante", de Roberto Girault, que duró 15 semanas en cartelera, se alienta la esperanza de que el cine mexicano sí tiene aceptación, pese a lo castigada que estuvo la industria fílmica nacional durante 2009 por diversos problemas.
La aventura de "Chano" (Jorge Lavat), un hombre de 70 años que acaba de inscribirse en la universidad para estudiar una licenciatura en Literatura, se encontrará con el mundo de los jóvenes, de costumbres o tradiciones muy diferentes a las suyas.
Ese relato, en apariencia cursi y melodramático, atrapó los corazones de una audiencia, sobre todo juvenil, que aún se resiste a ver las películas hechas en el país. "El estudiante" llega también al DVD, con lo que sus productores pretenden abarcar un mayor número de espectadores y seguir colocándose en la preferencia de la gente.
Para nadie es un secreto que los productores nacionales deben hacer antesala no solamente para exhibir, sino también para encontrar un distribuidor que impondrá condiciones desventajosas, la mayoría de las veces.
Se estima que en México, por cada peso que entra a los cines por concepto de taquilla, alrededor de 65 centavos se quedan con la compañía exhibidora; 20 por ciento con la distribuidora y 15 por ciento restante va a parar a manos del productor, quien es el que invierte sus recursos para que una película se realice.
En México, el costo promedio de un filme es de 20 millones de pesos, aproximadamente millón y medio de dólares. A finales de 2002 los diputados federales publicaron un decreto relativo a varias disposiciones de la Ley Federal de Derechos, con las que se estableció como derecho el pago de un peso por boleto adquirido por los espectadores en las taquilla de los cines y que a partir del 1 enero de 2003 se destinaría a un fondo para la producción de cine mexicano.
Posteriormente, las distribuidoras Videocine, Columbia-Tristar Films de México, Warner Brothers, Nuvision, UPI, Gussi, Walt Disney Company y Cinemas Nueva Era se ampararon contra esta reforma y en septiembre de 2004, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la declaró inconstitucional. Hay que subrayar que debieron transcurrir tres años para que Arturo Ripstein estrenara en 2009 "El carnaval de Sodoma" (2006), basada en la novela homónima del escritor dominicano Pedro Antonio Valdez.
Al igual que la película de Ripstein, vivieron esa situación "Cementerio de papel", que fue filmada en 2006 por Mario Hernández, basada en la obra literaria de Fritz Glockner, y lo mismo aconteció con "Desierto adentro", (2008), de Rodrigo Plá, que tardaron demasiado para ser estrenadas. Independientemente de los dos fenómenos, como la falta de apoyo y dificultad para ser estrenadas, en mayo una contingencia sanitaria (por la influenza humana), obligó a cerrar los 510 complejos cinematográficos del país, que representan cuatro mil 369 salas, por un periodo de 10 días, lo que afectó no sólo a los largometrajes extranjeros, sino también a los mexicanos que se encontraban en cartelera en ese momento.
Títulos como "Amar a morir", que recaudó 26 millones de pesos durante su primera semana de exhibición, vio afectada su corrida comercial, además de que la medida sanitaria obligó a mover el rol de producciones ya programadas.
La Canacine calculó las pérdidas en aproximadamente 268 millones de pesos, por lo que solicitó alternativas para resarcir el daño. Hace no menos de tres meses, el anuncio del gobierno federal de recortar 11 por ciento el presupuesto al subsector cultura para 2010, lo cual afectaría 46 por ciento al Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), dejándole únicamente 192 millones de pesos, provocó reacciones inusitadas y motivó que la comunidad cinematográfica solicitara su reconsideración.
Tras varias audiencias con el Congreso de la Unión, la comunidad cinematográfica logró que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público reconsiderara y mantuviera la partida en 358 millones de pesos, idéntica a la que se le otorgó en 2009.
Asimismo, se buscó "y logró que se hiciera una aclaración de criterio" respecto al Artículo 226 del Impuesto sobre la Renta, para que la iniciativa privada pudiera seguir impulsando el desarrollo de la industria fílmica nacional. Es así que el impuesto no será considerado acumulable en la contabilidad de los inversionistas privados, mediante la cual se llevarán a cabo diversos proyectos que estaban rezagados, ahora podrán ser filmados.
Durante las sesiones celebradas entre miembros de la comunidad cinematográfica y los legisladores, el senador Francisco Arroyo Vieyra (PRI) expresó que el Artículo 226 del ISR se aplica solamente a la industria cinematográfica, pero expuso la pertinencia de ampliarlo a algunas otras áreas de la creación, como pueden ser las series de televisión, lo que asumió como un compromiso a nombre del grupo parlamentario de su partido.
De 2007 a la fecha se han filmado más de 140 películas mexicanas, con 33 millones de espectadores; es una industria que genera alrededor de dos mil millones de pesos en taquillas y que además significan cerca de 25 mil empleos directos e indirectos.
En materia de premios en el ámbito cinematográfico, Pedro Armendáriz, presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas sorprendió al dar a conocer la lista de nominados para la 51 entrega del Ariel, cuya ceremonia se llevaría a cabo el 31 de marzo en el Auditorio Nacional. El hecho de que las dos películas mexicanas más taquilleras de 2008, "Arráncame la vida", de Roberto Schneider, y "Rudo y Cursi", de Carlos Cuarón, no estuvieran dentro de las candidatas a Mejor Película, provocó una polémica pocas veces vista en la historia del Séptimo Arte nacional. Daniel Giménez Cacho, actor principal de "Arráncame la vida", y Carlos Cuarón, director de "Rudo y Cursi", filme que rebasó los 100 millones de pesos en taquilla solicitaron modificaciones al proceso de selección.
Por otra parte, la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas anunció que "Backyard/El traspatio", de Carlos Carrera, representará al país en los premios Oscar de 2010 y "Desierto adentro", de Rodrigo Plá, buscará el Goya a Mejor Película Hispanoamericana.
A pesar de sus elementos atractivos: la realización de Carlos Carrera, autor de la exitosa "El crimen del padre Amaro"; el prestigio de su productora y guionista, Sabina Berman, y la popularidad de su intérprete principal, Ana de la Reguera, "El traspatio" patinó en las salas mexicanas. Desde el inicio de su camino comercial el pasado febrero, quedó bastante por debajo de las expectativas, con poco más de 11 millones de pesos recaudados. México, D.F.
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