"Muchos ven en el mundo moderno una reencarnación del caos", dice el autor
Considera que gran parte de la intención de este texto es mostrar las diversas voces que la imagen actual
El autor Joaquín González, quien actualmente escribe el título "Artistas y caos" con la participación de miembros del Sistema Nacional de Creadores de Arte, integra una serie de entrevistas que definen la presencia del caos en sus procesos creativos.
En la modernidad, afirma González, se pinta al caos como una bestia de la que sobresalen dos cabezas: una destructora y otra creadora, sin embargo, el escritor y ensayista está convencido de que a través del arte se ha mostrado que la indeterminación no implica una ausencia de orden.
"Muchos ven en el mundo moderno una reencarnación del caos.
Yo no veo las dos cabezas por ninguna parte. Por el contrario, creo que el mundo moderno tiene ya su forma inevitable, lo que ocurre es que no sabemos verla", aseguró.
Asimismo consideró que gran parte de la intención de este texto es mostrar a través de diversas voces que la imagen actual del mundo coincide a menudo, de manera mínima, con lo que el ser humano experimenta viviendo en él, aspecto que es plasmado en numerosas obras artísticas.
"Las cosmologías y los sistemas simbólicos de las culturas tradicionales en todos los ámbitos geográficos suelen citar al caos como desorden primigenio, y al mismo tiempo como generador de las formas sensibles, de todas las potencias y de todas las debilidades", dijo.
No obstante, señaló, sólo a través del arte es posible dilucidar si estos conceptos tienen una implicación temible o deseable con respecto al caos. "Usualmente es ambas cosas.
El terror que inspira el caos es tan enorme que a menudo se convierte en amor o en odio, es decir, en algún sentimiento tangible. Se dice que entre el amor y el odio la línea es muy fina.
Yo diría, no sólo por reflexión sino también por experiencia, que en realidad cada vez es menos identificable".
Dijo que muchos de los artistas que han sido entrevistados para este trabajo coinciden en que el máximo grado de caos podría ser representado por un fenómeno astronómico como los agujeros negros, que sin embargo guardan un orden dentro del funcionamiento del cosmos.
"Hay teorías que afirman que un agujero negro puede, con su caos, dar lugar a la creación de un nuevo universo.
Lo mismo que decían los órficos, para quienes el caos era pura negrura, la noche en persona, que producía un huevo cósmico del que originaban primero los dioses y luego todo lo existente", añadió.
En este sentido afirmó que a través del arte se pueden establecer lineamientos culturales, pero a menudo estos muestran que en un sentido emocional las personas, al igual que un agujero negro, no tenemos fondo.
"Se podría decir que carecemos de un límite establecido y fronteras marcadas, y por lo tanto solemos encontrar el sol en el fondo de un pozo, y el arco iris detrás de una cortina de lágrimas", acotó.
En muchas culturas el vacío era el útero cósmico, del que procedían todos los bienes y todos los males. Se reconocía a la noche es una divinidad femenina.
Dos caras, una de muerte y otra de vida. Agregó que casi todos los mitos tienen un fondo ambivalente. La literatura, la pintura, la danza y el cine se ha aprovechado siempre de esta cualidad caótica e indefinible del ser humano para cautivarle.
De ahí la importancia de tender a través del arte nuevos caminos, puentes, fronteras, "para que la sociedad continúe construyendo con caos o sin él, un sólido conocimiento de sí misma", finalizó. (Con información de Notimex/JJJ) México, D.F. (El Financiero)
jueves, 7 de mayo de 2009
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