jueves, 13 de agosto de 2009

Katherine Heigl quiere ser como Jennifer Aniston


La actriz estadounidense reconoció que la ex esposa de Brad Pitt es su ejemplo ya que la considera guapa, sana y en forma


La actriz estadounidense Katherine Heigl, famosa por su papel en la serie "Anatomía de Grey", quiere parecerse a su colega Jennifer Aniston, según declara en una entrevista que publica hoy la edición alemana de la revista de moda "Life&Style".
"Aniston es mi ejemplo, es guapa, sana y está en forma. En cambio, las mujeres que pasan hambre no me parecen tan guapas, me parecen sólo tristes (...)", afirma Heigl.
A sus 30 años, la intérprete se considera algo vanidosa, por motivos profesionales y cuida su cuerpo. "Aunque como todo lo que quiero, pues comer es una pequeña obsesión", insiste.
Su última película, "La cruda realidad" ("The Ugly Truth") es una comedia romántica, en que la actriz trabaja codo con codo con Gerard Butler y Robert Luketic.
Casada con el músico Josh Kelley desde 2007, Heigl confiesa no conocer la receta para que una relación funcione: "¡Ni idea! Seguro que de existir normas, yo las rompo todas. Pero mi marido Josh también...".
Para ella, sigue siendo un misterio el hecho de mantener un matrimonio feliz, algo que en su caso, consiguen "con el vodka", según señala entre risas.
De descendientes irlandeses y alemanes y la menor de cuatro hermanos, Heigl comenzó a trabajar como modelo a los 12 años y pronto se inicio con pequeños papeles en series televisivas como "Romy and Michelle", "Behind The Velvet Rope", o "Vegas Dick".
Sin embargo, la fama le llegó con su personaje de "Izzie Stevens" en la serie "Anatomía de Grey", una de las emisiones de mayor éxito de la cadena estadounidense ABC, con cinco temporadas en el mercado.
En diciembre de 2006, su papel de Izzie le valió una nominación a los globos de oro como mejor actriz secundaria, así como en septiembre de 2007, un Emmy.
Pero no todo es trabajo para la intérprete, quien asegura permitirse, de vez en cuando, el lujo de irse de compras a Nueva York, el paraíso de toda "shopaholic" o adicta a las tiendas.
Al preguntarle lo que se gasta, Heigl responde de forma rotunda: "No lo sé, y realmente no quiero saberlo. Es horrible, no tengo fin cuando voy de compras; es uno de mis pecados". Berlín, Alemania/EFE (El Universal)

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