La gran figura del jazz protagonizará una muestra presentada en 800 metros cuadrados, la cual está dividida en secuencias temáticas que, cronológicamente, ilustran los diferentes períodos de su carrera
El genial trompetista estadounidense Miles Davis, gran figura del jazz, recibe un homenaje en una exposición que abre sus puertas en la Cité de la Musique de París y que incluye varios conciertos en su recuerdo.
La muestra, toda una declaración de intenciones bajo el título "We want Miles" ("Queremos a Miles"), el nombre de uno de sus álbumes, busca redescubrir a la gran leyenda del jazz a pocos metros de la Gran Sala de La Villete, donde ofreció uno de sus últimos conciertos el 4 de julio de 1991.
Presentada en 800 metros cuadrados, la retrospectiva está dividida en secuencias temáticas que, cronológicamente, ilustran los diferentes períodos de la carrera de Miles Davis (1929-1991).
Más de 500 piezas del artista, algunas mostradas por primera vez al público, han sido reunidas para la ocasión, como películas inéditas, partituras manuscritas (de Gil Evans, Wayne Shirter o Herbie Hancock, entre otros), así como un conjunto excepcional de trompetas de diferentes épocas.
También se exhiben documentos originales procedentes de los archivos del productor Teo Macero, trajes que Miles usó sobre los escenarios, fotografías firmadas por grandes artistas como Anton Corbijn, además de pinturas de Jean-Michel Basquiat y del propio Davis, en un afán por ilustrar la música del estadounidense.
La primera sala de la muestra sumerge al visitante en la oscuridad, donde se funde la quebrada voz del virtuoso saxofonista con su imagen omnipresente, proyectada en bucle sobre pantallas.
El paseo propuesto por el comisario de la exposición, Vincent Bessières, ofrece una sucesión de espacios centrados en las diferentes etapas de uno de los grandes renovadores del jazz, junto a otros músicos como Charlie Parker o Marcus Miller.
El Miles más acústico invade otra sala dedicada a uno de sus períodos más destacados comprendido entre 1944, cuando llegó a Nueva York, y 1967, cuando alumbró "Kind of Blue" (1959), el disco más vendido en la historia del jazz.
También está representada su etapa más psicodélica y eléctrica de 1968, momento en el que el jazz sufría las embestidas del aplastante rock y el músico encontró la vía del "jazz electrificado", que materializó en su disco "In a silent way" (1968).
En la etapa previa a su retirada por motivos de salud en 1974, Davis prefirió una música abstracta, a medio camino entre el jazz y el funk, en la que evolucionó no sólo su sonido, sino también su estética, desde los trajes de franela a los pantalones de campana de los años setenta.
La labor de Miles Davis para despertar la conciencia negra se recuerda en un espacio en el que se pueden observar las pinturas psicodélicas de Marti Karwein y los dibujos coloreados de Corky McCoy.
Paralelamente a la muestra en la Cité de la Musique, dos ciclos de conciertos retratarán las etapas más decisivas del músico, que llegó a ser calificado como "el Picasso del jazz".
El primero de ellos, "We want Miles", incluye seis recitales y dos jornadas de proyecciones de filmes a finales de octubre, y el segundo "We want more Miles" ("Queremos más Miles"), tres conciertos en diciembre.
Serán citas con antiguos colegas de Davis como el saxofonista Wayne Shorter y los baterías Jack DeJohnette y Jimmy Cobb, que junto al trompetista Wallace Roney recordarán el famoso "Kind of Blue". París, Francia
La muestra, toda una declaración de intenciones bajo el título "We want Miles" ("Queremos a Miles"), el nombre de uno de sus álbumes, busca redescubrir a la gran leyenda del jazz a pocos metros de la Gran Sala de La Villete, donde ofreció uno de sus últimos conciertos el 4 de julio de 1991.
Presentada en 800 metros cuadrados, la retrospectiva está dividida en secuencias temáticas que, cronológicamente, ilustran los diferentes períodos de la carrera de Miles Davis (1929-1991).
Más de 500 piezas del artista, algunas mostradas por primera vez al público, han sido reunidas para la ocasión, como películas inéditas, partituras manuscritas (de Gil Evans, Wayne Shirter o Herbie Hancock, entre otros), así como un conjunto excepcional de trompetas de diferentes épocas.
También se exhiben documentos originales procedentes de los archivos del productor Teo Macero, trajes que Miles usó sobre los escenarios, fotografías firmadas por grandes artistas como Anton Corbijn, además de pinturas de Jean-Michel Basquiat y del propio Davis, en un afán por ilustrar la música del estadounidense.
La primera sala de la muestra sumerge al visitante en la oscuridad, donde se funde la quebrada voz del virtuoso saxofonista con su imagen omnipresente, proyectada en bucle sobre pantallas.
El paseo propuesto por el comisario de la exposición, Vincent Bessières, ofrece una sucesión de espacios centrados en las diferentes etapas de uno de los grandes renovadores del jazz, junto a otros músicos como Charlie Parker o Marcus Miller.
El Miles más acústico invade otra sala dedicada a uno de sus períodos más destacados comprendido entre 1944, cuando llegó a Nueva York, y 1967, cuando alumbró "Kind of Blue" (1959), el disco más vendido en la historia del jazz.
También está representada su etapa más psicodélica y eléctrica de 1968, momento en el que el jazz sufría las embestidas del aplastante rock y el músico encontró la vía del "jazz electrificado", que materializó en su disco "In a silent way" (1968).
En la etapa previa a su retirada por motivos de salud en 1974, Davis prefirió una música abstracta, a medio camino entre el jazz y el funk, en la que evolucionó no sólo su sonido, sino también su estética, desde los trajes de franela a los pantalones de campana de los años setenta.
La labor de Miles Davis para despertar la conciencia negra se recuerda en un espacio en el que se pueden observar las pinturas psicodélicas de Marti Karwein y los dibujos coloreados de Corky McCoy.
Paralelamente a la muestra en la Cité de la Musique, dos ciclos de conciertos retratarán las etapas más decisivas del músico, que llegó a ser calificado como "el Picasso del jazz".
El primero de ellos, "We want Miles", incluye seis recitales y dos jornadas de proyecciones de filmes a finales de octubre, y el segundo "We want more Miles" ("Queremos más Miles"), tres conciertos en diciembre.
Serán citas con antiguos colegas de Davis como el saxofonista Wayne Shorter y los baterías Jack DeJohnette y Jimmy Cobb, que junto al trompetista Wallace Roney recordarán el famoso "Kind of Blue". París, Francia
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