Los desfiles de ambas para la temporada primavera/verano 2010, el lunes, dejaron claro que, superando la treintena, las dos mujeres siguen teniendo mucho que decir y brillaron con diseños muy personales.
El debut de la diseñadora estrella británica Phoebe Philo en la casa francesa Céline coincidió en los desfiles prêt-à-porter de París con la presentación de su antigua colega, Stella McCartney.
Las carreras profesionales de ambas diseñadoras, que se convirtieron en líderes de una generación, ponen de manifiesto fuertes paralelismos: Cuando Philo, que trabajaba como asistente de Stella en la firma Chloé, asumió en 2001 el puesto de su amiga y compañera de estudios, sus colecciones se compararon sin cesar. Pero hace mucho que ambas dejaron Chloé, se casaron, tuvieron hijos y dejaron atrás la fase "rockera".
Los desfiles de ambas para la temporada primavera/verano 2010, el lunes, dejaron claro que, superando la treintena, las dos mujeres siguen teniendo mucho que decir y brillaron con diseños muy personales.
Los modelos de Philo para la colección femenina de Céline dejaba sin aliento. Los cortes eran tan precisos y los materiales tan lujosos, que cada modelo tenía un aura de nobleza. Philo comenzó con minifaldas negras y camisas de cuero para pasar a las faldas de lino rematadas en piel y amplias camisolas blancas, chaquetas de corte militar y ligeras blusas de seda o faldas en tonos beige, rosado y marrón. Muy elegantes fueron también sus pantalones de corte masculino con camisetas ajustadas adornadas con brillantes aplicaciones. El toque moderno lo pusieron las sandalias elevadas con tacón de cuña.
Por la mañana, Stella McCartney presentó en su colección una mezcla de estilo rústico -faldas de denim con efecto desgastado y estampados florales de los 70- y elegancia muy femenina con blazer de cierre oblicuo hechos de seda natural. Uno de los hits de la próxima temporada serán los pantalones babucha en violeta o beige claro, que no tendrán un corte tan bajo como los modelos habituales y serán más llevables. El chic parisino deja atrás el look hippy gracias a pronunciados plisados.
El hecho de que la amiga de Stella, Gwyneth Paltrow, su marido y sus hijos, además de su padre, Paul McCartney, estuvieran viendo los desfiles, puso el toque familiar. E hizo que el glamour se acercara un poco más a la vida real. Precisamente esa fue la atracción principal de Philo y McCartney: presentaron figuras con las que una mujer se puede identificar y allanaron la moda. Junto a la tendencia de los desfiles de esta semana por la lencería, hay también una fuerte giro hacia un look más ponible, con faldas de todos los largos, pantalones amplios, blusas sueltas y colores alegres. Y justo esa es la apuesta de las dos inglesas.
En la mañana de hoy, Karl Lagerfeld se inspiró en una finca de la reina francesa María Antonieta (1775-1793), donde las pieles de cordero de los nobles se modernizaron y adoptaron un look que no se aleja de lo diario. Las crinolinas barrocas se convirtieron en minifaldas acampanadas, con detalles como flores de telas o mangas de farol, que pusieron el toque sutil. Trajes tweed con tonos naturales y tejidos acanalados, perlas y lino, junto con bellos vestidos de cocktail y adornos dorados y plateados hicieron las delicias de todas las mujeres. La colección adquirió un toque adicional "rústico" acompañada con moños altos y zuecos de tacón grueso.
Finalmente, el diseñador de Yves-Saint-Laurent Stefano Pilati mostró vestidos de seda con volantes y faldas de tubo minimalistas, piezas de cuero con pantalones amplios. Los colores negro, blanco o los tonos gélidos impregnaron la colección. Todos los modelos tenían buenos cortes, pero Pilati no logró mayores excelencias. París, Francia
Las carreras profesionales de ambas diseñadoras, que se convirtieron en líderes de una generación, ponen de manifiesto fuertes paralelismos: Cuando Philo, que trabajaba como asistente de Stella en la firma Chloé, asumió en 2001 el puesto de su amiga y compañera de estudios, sus colecciones se compararon sin cesar. Pero hace mucho que ambas dejaron Chloé, se casaron, tuvieron hijos y dejaron atrás la fase "rockera".
Los desfiles de ambas para la temporada primavera/verano 2010, el lunes, dejaron claro que, superando la treintena, las dos mujeres siguen teniendo mucho que decir y brillaron con diseños muy personales.
Los modelos de Philo para la colección femenina de Céline dejaba sin aliento. Los cortes eran tan precisos y los materiales tan lujosos, que cada modelo tenía un aura de nobleza. Philo comenzó con minifaldas negras y camisas de cuero para pasar a las faldas de lino rematadas en piel y amplias camisolas blancas, chaquetas de corte militar y ligeras blusas de seda o faldas en tonos beige, rosado y marrón. Muy elegantes fueron también sus pantalones de corte masculino con camisetas ajustadas adornadas con brillantes aplicaciones. El toque moderno lo pusieron las sandalias elevadas con tacón de cuña.
Por la mañana, Stella McCartney presentó en su colección una mezcla de estilo rústico -faldas de denim con efecto desgastado y estampados florales de los 70- y elegancia muy femenina con blazer de cierre oblicuo hechos de seda natural. Uno de los hits de la próxima temporada serán los pantalones babucha en violeta o beige claro, que no tendrán un corte tan bajo como los modelos habituales y serán más llevables. El chic parisino deja atrás el look hippy gracias a pronunciados plisados.
El hecho de que la amiga de Stella, Gwyneth Paltrow, su marido y sus hijos, además de su padre, Paul McCartney, estuvieran viendo los desfiles, puso el toque familiar. E hizo que el glamour se acercara un poco más a la vida real. Precisamente esa fue la atracción principal de Philo y McCartney: presentaron figuras con las que una mujer se puede identificar y allanaron la moda. Junto a la tendencia de los desfiles de esta semana por la lencería, hay también una fuerte giro hacia un look más ponible, con faldas de todos los largos, pantalones amplios, blusas sueltas y colores alegres. Y justo esa es la apuesta de las dos inglesas.
En la mañana de hoy, Karl Lagerfeld se inspiró en una finca de la reina francesa María Antonieta (1775-1793), donde las pieles de cordero de los nobles se modernizaron y adoptaron un look que no se aleja de lo diario. Las crinolinas barrocas se convirtieron en minifaldas acampanadas, con detalles como flores de telas o mangas de farol, que pusieron el toque sutil. Trajes tweed con tonos naturales y tejidos acanalados, perlas y lino, junto con bellos vestidos de cocktail y adornos dorados y plateados hicieron las delicias de todas las mujeres. La colección adquirió un toque adicional "rústico" acompañada con moños altos y zuecos de tacón grueso.
Finalmente, el diseñador de Yves-Saint-Laurent Stefano Pilati mostró vestidos de seda con volantes y faldas de tubo minimalistas, piezas de cuero con pantalones amplios. Los colores negro, blanco o los tonos gélidos impregnaron la colección. Todos los modelos tenían buenos cortes, pero Pilati no logró mayores excelencias. París, Francia
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