lunes, 2 de agosto de 2010

Agradece los homenajes en vida


Manuel Ojeda, quien ha trabajado bajo la dirección de grandes como Felipe Cazals, Arturo Ripstein y, Jorge Fons fue distinguido por su destacada trayectoria en el marco del Festival Internacional de Cine Expresión en Corto, en Guanajuato.

Su nombre ha aparecido en los créditos principales de un gran número de películas y telenovelas que realizó bajo la dirección de creadores como Felipe Cazals, Arturo Ripstein, Jorge Fons y el mismo Ernesto Alonso, todos proyectos que, al paso del tiempo, le dieron a Manuel Ojeda la experiencia necesaria para convertirse en uno de los homenajeados por el Festival de Cine Expresión en Corto durante su decimotercera edición.

“Me siento muy halagado de que las cosas lleguen en el momento justo, porque recuerdo a la actriz Isabella Corona decirme que lo importante es que te homenajeen cuando estás vivo, de pie, vigente; el chiste es que ese estímulo te ayude a que lo que sigue lo hagas mejor que lo anterior, y eso te compromete”, comentó el actor.

El paso de Ojeda por el medio del entretenimiento ha sido firme y aunque emprendió su carrera en la década de los 70, de la mano de consagrados en el cine y la televisión, ha logrado mantenerse a base de trabajo constante.

“Mucha gente cree que mi carrera se ha hecho en la televisión, pero no es cierto del todo, tuve la oportunidad de participar en películas de grandes directores. He hecho de todo en el cine, desde Cristo en El elegido hasta el diablo en La leyenda de Rodrigo, pasando por personajes de comedia o marginados que casi siempre mueren o llevan las de perder”, comentó el actor.

Pero fueron directores de la talla de Felipe Cazals o Jaime Humberto Hermosillo, quienes recurrieron en más de una ocasión al talento de Ojeda para dar vida a sus personajes estelares, y aunque su primera experiencia con el director de Chicogrande fue en la cinta Canoa (con un rol secundario) le permitió darse a conocer ante el cineasta, quien lo llamó para completar su trilogía, con las cintas El apando y Las poquianchis.

“Me han tocado varias generaciones de directores en el cine, pero a mediados de los 70 llegó un cine más crítico como el de Cazals, de quien aprendí la rigidez, la disciplina, la pasión por lo que haces; él tiene una educación militar y te obliga a comprometerte con los proyectos, estar con él es como convertirte en una pieza de ajedrez, si yo fallo no se puede realizar el juego; es muy cuidadoso, hace ensayos antes de filmar la película.

“Con Jaime fue algo muy agradable también, porque estuve en varias de sus películas, recuerdo La pasión de Berenice, donde compartí pantalla con Pedro Armendáriz Jr, a quien le tengo un entrañable cariño, también Matinée, al lado de Héctor Bonilla; Naufragio, Amor libre, Las apariencias engañan, El corazón de la noche y muchas otras”, añadió sobre el realizador de La tarea.

Películas se pueden nombrar varias, pero una de las que dejó complacido a Manuel fue la adaptación de la novela de Juan Rulfo, el clásico Pedro Páramo.

“Una de las películas que recuerdo con mucho aprecio es la que se hizo con base a la novela de Juan Rulfo, Pedro Páramo, dirigida por José Bolaños, porque además de llevar el rol protagónico que antes había hecho John Gavin bajo la dirección de Carlos Velo, tuve la oportunidad de recorrer el mundo a través de los festivales de cine, me dio cosas que antes no había conseguido y una gratificación enorme”, detalló.

En televisión

Si bien su carrera despuntó en el cine, fue a finales de los 70 cuando el actor tuvo la oportunidad de probar la inmediatez de la televisión, y se dio a conocer con el nombre de Federico Gamboa en Santa, melodrama de Luis Vega.

Desde entonces ha participado en un sin número de telenovelas que van desde las históricas hasta las de época, en su quehacer comentó que el género no han cambiado su esencia, por el contrario, fue la sociedad la que evolucionó y en el intento de ofrecer opciones de entretenimiento, se ha experimentado con los contenidos.

“La situación actual del melodrama no es tan distinta a como era antes, lo distinto es que la vida funciona de otra manera; es decir, el melodrama es un género que se sigue como tal, la protagonista que sufre antes de ser feliz a manos de los villanos, y tal vez eso es lo que la gente ya no le agrade del todo, por eso ahora se ofrecen nuevas opciones, por ejemplo, ahora la comedia funciona muy bien, a diferencia de cuando participé en No tengo madre con Eugenio Derbez”, finalizó.

Su huella

Ojeda fue nominado al Ariel por su participación en las cintas Muelle rojo y Salón México.

Dará vida a un siniestro laboratorista en la nueva versión de Cuna de lobos, que en esta ocasión se realizará como un seriado de trece capítulos.

Aunque no descarta algún día dirigir un largometraje, comentó que su principal satisfacción la encuentra en la actuación.

También prepara el personaje de un representante de boxeadores para la obra Los alacranes, que dirigirá el también actor Humberto Zurita.
México, D.F.

No hay comentarios:

Publicar un comentario