Durante una hora y 40 minutos, el Ballet Nacional de Rusia demostró una vez más, su talento y destreza al momento de desplazarse en el escenario: la compañía ofreció dos funciones.
Tuvieron que pasar 25 minutos después de la hora esperada para que los laguneros pudieran disfrutar anoche de Las Joyas del Ballet Ruso en el Teatro Nazas.
Durante más de una hora y 40 minutos, lo único que pudo verse en el escenario, fue el derroche de precisión, talento y gracia del Ballet Nacional de Rusia.
En total se pudieron apreciar 14 coreografías en donde los solistas dieron muestra de la capacidad interpretativa que tiene cada uno de ellos.
Una lluvia de colores gracias al cambio de luces que se apreciaron en el foro, dió ese toque mágico a cada uno de los números que se presentaron.
Las melodías que se escucharon en las presentaciones, acompañaron de manera sutil y delicada al trabajo de los bailarines.
Tal como se ve en las cajas musicales que dentro traen consigo a una bailarina, así pudo observarse a las damas que con sus delicados cuerpos hacían de sus movimientos un espectáculo lleno de sorpresas.
La primera parte estuvo conformada por seis números, en donde el primero fue “Carnaval de Venecia”.
Los ejecutantes siempre sonrientes fueron bien recibidos por los espectadores.
Delicados movimientos y unos giros que para cualquiera pudieran ser fáciles, pero los años de aprendizaje han dejado una huella importante en ellos fueron parte de esta propuesta. Con su habilidad y soltura impactaron a quienes fueron partícipes de la noche de ballet.
Cada una de las coreografías tuvo su cambio de luces, lo que transportaba a diferentes escenarios como la alegría, la melancolía y el júbilo.
La segunda obra, “El lago de los cisnes”, bajo una delicada iluminación en color azul, aportó la delicadeza que se unió a los pasos precisos de los bailarines. Colores pastel se deslizaban de las telas de los vestuarios y cual pluma al viento la ligereza de sus cuerpos caían por el suelo.
Los giros en el aire, las puntas que parecían nunca despegarse del piso, sus brazos extendidos que permitían ver la destreza de los mismos para hacer esos desplazamientos por el aire, dibujaron en la mente de los espectadores una serie de historias que parecían jamás llegar a su fin. Las obras musicales que se escucharon en cada rincón del recinto, dieron esa vibración que empujó los aplausos de los asistentes.
La escenografía que parecía a primera vista sencilla, dio ese toque especial para continuar con la narración que los cuerpos montaban en el aire.
Así, cada uno de los números fueron recibidos por los asistentes, quienes disfrutaron de la coreografía del director artístico, Viatcheslav Gordeev, quien puso en el foro a unas muñecas que trataban de librarse de la maldad de uno de los bailarines.
Para finalizar esta presentación, en el último número aparecieron todos los integrantes quienes dejaron ver esa firmeza en sus pasos, la seguridad en sus rostros y un temple de regocijo al saber que una vez más, los agotadores ensayos y la giras que los mantienen lejos de sus hogares, ha rendido sus frutos.
La Bella Durmiente
Antes de ofrecer las dos funciones en el Teatro Nazas, los integrantes del Ballet Nacional de Rusia estuvieron conviviendo un poco con los laguneros en conocido centro comercial. Después de ahí, a las 19:00 horas, ofrecieron la primera de sus dos funciones.
Se trató del clásico La Bella Durmiente, en donde a través de cuatro actos pudo conocerse la historia de Aurora, quien fuera sometida a un hechizo en donde quedaría en profundo sueño y de éste sólo podría ser despertada por el mágico beso de un príncipe.
Esta obra se estrenó en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo el tres de enero de 1890 y tal como lo esperaron los laguneros, ese fantasioso mundo fue recreado con un toque de magia que a los más pequeños les pudo encantar, no sólo por la dulzura del cuento, sino por las propias ejecuciones de los bailarines.
La gracia, la firmeza y las coreografías elaboradas fueron parte esencial de esta noche.
Valió la pena para quienes tuvieron que esperar hasta este día ya que la fecha se pospuso por la contingencia sanitaria.
Una vez más, las ovaciones se hicieron inevitables para agradecer tal derroche de talento en el escenario.
Al salir de esta primera presentación en el Teatro Nazas, los asistentes quedaron maravillados con el talento así como la escenografía que presentaron como parte de esta historia.
Karla Lobato Huerta. Torreón, Coah, (Milenio)
viernes, 12 de junio de 2009
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