Santiago Chaparro Lozada presenta hoy su primera exposición sobre paisaje en el Museo de Arte Moderno ubicado en la Casa de la Cultura de Gómez Palacio; la muestra estará en exhibición durante tres semanas y luego será presentada en el Museo de los Metales.
La búsqueda de una intención estética y de una nueva mirada en las fotografías es lo que ha llevado a Santiago Chaparro, editor de fotografía de La Opinión Milenio a pulir su técnica y buscar enfoques distintos en este apasionante oficio.
Esta noche presenta la exposición “Una ventana a La Laguna” que incluye 27 fotografías en formato promedio de 20 por 24 pulgadas en promedio.
En cuanto a lo que se apreciará, Chaparro dice que la mayoría de las fotos son a color, otras más en sepia y otras en blanco y negro.
Esta muestra es la primera que realiza sobre parajes, afirma.
“Lo que quiero que la gente vea, son los parajes de la Región que los conozcan.
Hay imágenes de Mapimí, del Puente de Ojuela, Cuatrociénegas, de las Dunas de Bilbao, de las Grutas del Rosario y del Cañón de Fernández entre otras”, explica.
De acuerdo con su autor, lo que hace diferente a su propuesta contra otras fotografías de estos lugares que han sido captadas por otros fotógrafos, es que “busco la perspectiva y con cierto valor, lo que cuenta es la intención estética. Esa búsqueda de formas estéticas”, argumenta.
Para montar esta exposición tuvieron que pasar tres años donde lidió con diversos obstáculos.
“Una ventana a La Laguna” estará a la vista del público por tres semanas y luego en el Museo de los Metales y de ahí se irá a Durango.
La historia con la fotografía comenzó de manera azarosa.
Desde muy joven, su meta fue convertirse en chef o bailarín profesional, pero su padre quería que fuera policía.
Entonces, la Contaduría Pública se cruzó en su camino y optó por estudiar esta carrera que lo llevó a la fotografía y desde entonces, su mundo gira alrededor de esa mirada nómada y sin fronteras.
El artista de la lente de 34 años ha logrado poco a poco sus metas gracias a la pasión y el empeño que aplica en cada una de sus tareas.
Al finalizar sus estudios logró el puesto de auxiliar contable en la empresa Imagen y Tecnología, mejor conocida como Fotron, en la Ciudad de México y ahí tuvo sus primeros contactos con cámaras, rollos fotográficos e impresiones.
Desde el lugar que tenía asignado en ese departamento, a pocos metros de distancia, podía ver cómo se revelaban los rollos que llevaban a imprimir.
“El ver que los negativos tenían diferentes formatos, fue lo que me llamó la atención”.
Luego se convirtió en encargado de recepción, en donde se contactó con artistas de la lente. “Entonces, me hago de un dinero para comprarme mi primera cámara”.
Para aprender las técnicas y las herramientas necesarias para esta profesión, acudió a la Escuela de Fotografía Nacho López, en donde maduró sus ideas.
“Como mi familia vio que traía mi cámara, querían que les tomara fotos de los cumpleaños, las bodas y todos los eventos familiares”.
Continúo con su aprendizaje en la Escuela de Fotografía George Eastman, en donde perfeccionó su perspectiva del retrato.
Esto lo llevó a conseguir un trabajo en la revista “Banda Rockera”.
Los sábados tenía que asistir al Tianguis del Chopo para capturar imágenes de las bandas urbanas que emergían en la capital del país.
Al paso del tiempo, logró unirse al grupo Mundo Ejecutivo, en donde la paga que recibió, fue el conocimiento que adquiría de sus compañeros de trabajo.
“No me pagaban nada y por mí estaba bien, yo sólo quería aprender de ellos”.
Cuando se atreve a buscar un trabajo dentro de los periódicos de circulación nacional, lleva su portafolios para ser evaluado.
“Me dijeron que mi trabajo era bueno, pero que había 10 más como yo que traían lo mismo que yo”.
Su rumbo cambió y viajó hasta Yucatán en donde permaneció por seis meses.
Después, decidió vivir en Torreón; asegura que siempre leyó La Opinión y por ello, aplicó una solicitud para obtener un puesto de fotógrafo.
“Me llamaron y mi primera prueba fue fotografiar a un muerto.
Justo cuando llegaba el forense e iba a colocar la sábana sobre el difunto, ese momento lo capturé y al día siguiente vi mi foto en portada”.
Continuó en Espectáculos y Cultura durante un año y lo enviaron a Deportes, en donde permaneció por cuatro años.
Y desde hace tres, se convirtió en jefe de fotógrafos.
La inauguración es hoy en el Museo de Arte Moderno a las 20:30 horas.
Karla Lobato Huerta. Gómez Palacio, Dgo. (Milenio)
Esta noche presenta la exposición “Una ventana a La Laguna” que incluye 27 fotografías en formato promedio de 20 por 24 pulgadas en promedio.
En cuanto a lo que se apreciará, Chaparro dice que la mayoría de las fotos son a color, otras más en sepia y otras en blanco y negro.
Esta muestra es la primera que realiza sobre parajes, afirma.
“Lo que quiero que la gente vea, son los parajes de la Región que los conozcan.
Hay imágenes de Mapimí, del Puente de Ojuela, Cuatrociénegas, de las Dunas de Bilbao, de las Grutas del Rosario y del Cañón de Fernández entre otras”, explica.
De acuerdo con su autor, lo que hace diferente a su propuesta contra otras fotografías de estos lugares que han sido captadas por otros fotógrafos, es que “busco la perspectiva y con cierto valor, lo que cuenta es la intención estética. Esa búsqueda de formas estéticas”, argumenta.
Para montar esta exposición tuvieron que pasar tres años donde lidió con diversos obstáculos.
“Una ventana a La Laguna” estará a la vista del público por tres semanas y luego en el Museo de los Metales y de ahí se irá a Durango.
La historia con la fotografía comenzó de manera azarosa.
Desde muy joven, su meta fue convertirse en chef o bailarín profesional, pero su padre quería que fuera policía.
Entonces, la Contaduría Pública se cruzó en su camino y optó por estudiar esta carrera que lo llevó a la fotografía y desde entonces, su mundo gira alrededor de esa mirada nómada y sin fronteras.
El artista de la lente de 34 años ha logrado poco a poco sus metas gracias a la pasión y el empeño que aplica en cada una de sus tareas.
Al finalizar sus estudios logró el puesto de auxiliar contable en la empresa Imagen y Tecnología, mejor conocida como Fotron, en la Ciudad de México y ahí tuvo sus primeros contactos con cámaras, rollos fotográficos e impresiones.
Desde el lugar que tenía asignado en ese departamento, a pocos metros de distancia, podía ver cómo se revelaban los rollos que llevaban a imprimir.
“El ver que los negativos tenían diferentes formatos, fue lo que me llamó la atención”.
Luego se convirtió en encargado de recepción, en donde se contactó con artistas de la lente. “Entonces, me hago de un dinero para comprarme mi primera cámara”.
Para aprender las técnicas y las herramientas necesarias para esta profesión, acudió a la Escuela de Fotografía Nacho López, en donde maduró sus ideas.
“Como mi familia vio que traía mi cámara, querían que les tomara fotos de los cumpleaños, las bodas y todos los eventos familiares”.
Continúo con su aprendizaje en la Escuela de Fotografía George Eastman, en donde perfeccionó su perspectiva del retrato.
Esto lo llevó a conseguir un trabajo en la revista “Banda Rockera”.
Los sábados tenía que asistir al Tianguis del Chopo para capturar imágenes de las bandas urbanas que emergían en la capital del país.
Al paso del tiempo, logró unirse al grupo Mundo Ejecutivo, en donde la paga que recibió, fue el conocimiento que adquiría de sus compañeros de trabajo.
“No me pagaban nada y por mí estaba bien, yo sólo quería aprender de ellos”.
Cuando se atreve a buscar un trabajo dentro de los periódicos de circulación nacional, lleva su portafolios para ser evaluado.
“Me dijeron que mi trabajo era bueno, pero que había 10 más como yo que traían lo mismo que yo”.
Su rumbo cambió y viajó hasta Yucatán en donde permaneció por seis meses.
Después, decidió vivir en Torreón; asegura que siempre leyó La Opinión y por ello, aplicó una solicitud para obtener un puesto de fotógrafo.
“Me llamaron y mi primera prueba fue fotografiar a un muerto.
Justo cuando llegaba el forense e iba a colocar la sábana sobre el difunto, ese momento lo capturé y al día siguiente vi mi foto en portada”.
Continuó en Espectáculos y Cultura durante un año y lo enviaron a Deportes, en donde permaneció por cuatro años.
Y desde hace tres, se convirtió en jefe de fotógrafos.
La inauguración es hoy en el Museo de Arte Moderno a las 20:30 horas.
Karla Lobato Huerta. Gómez Palacio, Dgo. (Milenio)
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