Se trata de la Exposición de Verano de la Royal Academy of Arts
Podrá verse desde el próximo 8 de junio hasta el 16 de agosto
La llamada Exposición de Verano de la Royal Academy of Arts es ininterrumpidamente desde su inicio en 1769, en época de su primer presidente, Joshua Reynolds, uno de los grandes acontecimientos culturales de la capital británica.La exposición, en la que caben prácticamente todos los géneros -pintura, grabado, dibujo, fotografía, filme y vídeo- está abierta tanto a los académicos y profesionales como a los simples aficionados, que pueden someter sus obras a consideración de los responsables de la selecciónEste año, como los anteriores, se presentaron más de diez mil solicitudes, de las que finalmente se han aceptado cerca de mil 300 y que podrán verse desde el próximo 8 de junio hasta el 16 de agosto.Otra de sus originalidades consiste en encargar a distintos artistas, todos ellos académicos, que se responsabilicen del montaje de distintas salas.Las obras están en venta, salvo pocas excepciones, y al visitante se le entrega un cuadernito en el que aparece tanto el título y el autor de cada obra como su precio, que varía enormemente, según se trate de artistas reputados o simples aficionados.Además de los británicos exponen también algunos artistas extranjeros, internacionalmente conocidos, gracias a su condición de académicos honoríficos como es el caso del español Antoni Tapies, de los alemanes Anselm Kiefer y Georg Baselitz, los estadounidenses Frank Stella, Ed Rusha y Robert Rauschenberg o el italiano Mimmo Palatino.Tàpies presenta este año una de sus obras clásicas adscritas a la corriente del "arte povera" (en italiano: arte pobre, por los materiales empleados), Baselitz, una de sus figuras cabeza abajo, que resulta ser "Lenin en el sofá", y Kiefer, un enorme tríptico hecho, como tantas de sus obras, con materiales de la naturaleza.De Rauschenberg se exhibe uno de sus célebres collages mientras que su compatriota Cy Twombly presenta un enorme acrílico sobre tabla que representa tres rosas gigantes sobre fondo azul y en cuyo margen derecho aparecen garabateados unos versos de Rainer Maria Rilke.Damien Hirst, el artista de los tiburones en formol, ha querido impactar una vez más, aunque, a decir verdad, cada vez sorprende menos, con una escultura de plata de San Bartolomé colocada sobre un taburete.Es un hombre despellejado vivo y que sostiene su propio pellejo en un brazo y una tijera con la otra mano mientras sobre el taburete figuran una serie de instrumentos quirúrgicos.Hay también esculturas monumentales como la titulada "Triton III", en acero inoxidable, del británico Bryan Kneale, que se ha colocado en el patio, o la también abstracta, de hierro herrumbroso, firmada por Anthony Caro.Antony Gormley ha renunciado esta vez a las esculturas con el molde de su propio cuerpo y presenta una pieza totalmente abstracta, una especie de explosión de varillas diagonales que parecen proyectarse en el espacio.La obra más directamente política es sin duda una gran escultura en madera del británico Michael Sandle titulada "Irak: El Sonido de Tu Silencio".Simula una "Pietà", sólo que el puesto de la Virgen lo ocupa una figura con un saco en la cabeza que sostiene en sus manos a una criatura vendada a la que se le han amputado las extremidades y que lleva esparadrapos por todo el cuerpo y hasta en la boca.Hay también como en años anteriores una sala dedicada a arquitectura que ha sido comisariada por William Alsop, quien pidió a sus colegas, entre los que destacan Zaha Hadid, David Chipperfield, Richard Rogers o Norman Foster, que presentaran maquetas de edificios que pudieran "resultar agradables de ver".Una novedad este año ha consistido en dedicar una sala a vídeos y filmes, para la que el escultor y académico Richard Wilson ha diseñado a modo de pantalla una estructura que es una pieza escultórica en si misma. (Con información de EFE/CFE) Londres, Inglaterra (El Financiero)
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