viernes, 5 de junio de 2009

Continúan los trabajos de restauración de un mural de Rufino Tamayo

Luego de año y medio de intervención a cargo de especialistas del Instituto Nacional de Antropología, se informó que la superficie de 80 metros cuadrados que abarca el mural está consolidada en su totalidad y concluida la limpieza de la mitad.

Continúan los trabajos de restauración del mural "El canto y la música", del artista oaxaqueño Rufino Tamayo (1899-1991), cuya obra, prevén especialistas del INAH, recuperará su esplendor original en el primer bimestre de 2010.
Luego de año y medio de intervención a cargo de especialistas del Instituto Nacional de Antropología, se informó que la superficie de 80 metros cuadrados que abarca el mural está consolidada en su totalidad y concluida la limpieza de la mitad.
Se trata de uno de los tres frescos que el muralista pintó a lo largo de su carrera en 1933 para el edificio que ocupaba la Escuela Nacional de Música, del Centro Histórico.
Las cuatro escenas del mural, distribuidas en los muros norte, oeste y este, así como en el cubo de la escalera, están relacionadas con la música coral e instrumental, en las que Tamayo representó personajes femeninos de rasgos indígenas que gesticulan al cantar y tocan guitarras, mandolinas, platillos y clarinetes.
Explicaron que en su muro este y la mitad del norte, ya se observan los resultados de la reintegración cromática, de tal suerte que restan por trabajar dos frentes y medio. De acuerdo con el restaurador Daniel Sánchez Villavicencio, supervisor en campo de esta iniciativa, que comenzó en septiembre de 2007, a la fecha, "el objetivo principal de restablecer los valores estéticos de la pintura mural, afectada por el deterioro, se ha cumplido a cabalidad".
Asimismo explicó que los trabajos de consolidación consistieron en la inyección puntual de un material adhesivo muy afín con el mortero original, elaborado a base de hidróxido de calcio (cal) y caseína (proteína de la leche), que recuperó la cohesión y estabilidad del aplanado, que funciona como soporte del fresco.
Para la limpieza, a cargo del científico Javier Vázquez Negrete, que hasta el momento es de 38 metros cuadrados del mural, se emplea un gel desarrollado específicamente para la remoción del material agregado anteriormente en la superficie de la obra, identificado como resina natural, totalmente inocuo para la capa pictórica subyacente.
Asimismo detalló que se llevan a cabo los métodos pertinentes para recuperar el tono y brillantez que caracterizan la obra del pintor oaxaqueño.
Agregó que también se plantea una investigación sobre la materialidad y técnica de manufactura de este mural que enmarca la escalera del antiguo edificio colonial del Mayorazgo de Guerrero, hoy sede de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH.
En el marco del 70 aniversario del INAH, la intervención del mural, bajo la dirección del restaurador perito Jaime Cama Villafranca, forma parte de los proyectos especiales desarrollados por la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía "Manuel del Castillo Negrete”.
Dichos trabajos se llevan a cabo con el financiamiento del INAH y la aprobación del Centro Nacional de Conservación y Restauración del Patrimonio Artístico Mueble, del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Finalmente adelantaron que con base en la información generada durante la intervención de "El canto y la música", se prevé conformar una publicación que difunda tanto los trabajos de restauración como los resultados de la investigación. México, D.F. Notimex (Milenio)

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